2009/04/01

La amarillita

Hoy que venia rumbo al trabajo, por eje 8 sur me tope con una Wagoneer, ya sabes esa camioneta de Jeep, si eres un hijo de los 80 podrás recordar, tal vez vagamente, esas camionetas que eran como los inicios de una Hummer.



Mis primos tenían una Wagoneer 1983 color amarillo, por razones obvias su apodo “amarillita”, era una camioneta que paso por muchísimas aventuras, desde el nacimiento de todos mis primos hasta los choques causados por mi primo, pasando por viajes a Chiapas, Oaxaca y muchos otros estados.

En uno de los viajes, cuando veníamos de regreso de Chiapas empezó una tormenta en la carretera, no es gran cosa, pero cuando viajabas en la amarillita era seguro que algo sucedería y esta vez no fue excepción, el techo empezó a gotear, las cosas y nosotros terminamos empapados.

Otra vez en Valle de Bravo, decidimos tomar un camino de terracería, nada más para ver a donde nos llevaba, repentinamente el camino se termino, mi primo alcanzo a frenar a nada de que cayéramos por un barranco.

Una vez la pequeña amarillita fue confundida con una camioneta Mercedes-Benz, otra vez empezó a derrapar en una carretera y casi se lleva un VW de corbata, las marcas de los golpes siguen en los muros de contención como si un tanque los hubiera golpeado.

Para el final de sus días, la amarillita a duras penas podía arrancar, constantemente se ahogaba en trayectos de unos cuantos kilometros, sufrió el robo de los sillones traseros y un cambio de color a café dorado.

Amarillita, fue vendida por un mísero precio casi 22 años después de haber sido sacada de la agencia.

Por todas las experiencias vividas, hoy puedo decir que las camionetas Wagoneer son de las mas duraderas y me gustaría muchísimo poder hacerme de una en un futuro, aunque claro, ahora ya son catalogadas como coches clásicos y su precio esta por los cielos.